Y hay un momento en el que llegan tiempos de indecible duelo en los que sobrevivir es morir un poco a diario.

Comparto con vosotros este poema mío publicado en el número 80 de la Revista de Literatura ALGA:

Así me voy matando un poco cada día

Así me voy matando un poco cada día:
estrujándome el duelo, destemplando la almohada,
calcinando minutos que no saben a nada
y negándole el nombre a la melancolía.

Así me voy matando: guardando amordazado
el clamor extenuado de mi espíritu fiero,
cerrándome los ojos al destral con que hiero
golpe a golpe las médulas del cuerpo que he encarnado.

Encadenando risas, entrechocando copas…
Que nadie se entrometa en este lento trance
de estrangular el tiempo conservando la estampa.

Distrayendo la huida con mis mejores ropas,
guiñando un ojo al mundo mientras el baile avance:
ataviada de vida, morir haciendo trampa.

                                                                 Marian Quintillá