Ilustración de Christian Schloe (fragmento)

Posiblemente casi todos los que amamos las hablas y disfrutamos escribiendo nos hemos detenido, al menos en una ocasión, a referirnos al misterioso, poderoso, palpable poder de las palabras.

Hace tiempo os contaba que empecé a publicar poemas míos en otoño de 2016 en la Revista de Literatura ALGA. Éste fue el segundo de ellos, escrito a finales de 2000:

El teléfono

Como si con las palabras
pudiera tocarse el alma
y estremecerla.

Soliviantar la carne desde el oído,
entrando en un susurro.

Y la piel se erizase
al paso de los nombres, de los verbos,
del adjetivo exacto…

Como si las palabras fueran dedos,
uñas o yemas,
con que llegar yo a ti,
tú a mí, sin vernos
y, no obstante, sintiéndonos
igual que amantes en el mismo lecho.

Marian Quintillá

Publicado en el Nº 76 de la Revista de Literatura ALGA