Regresemos a la casa que está dentro,
templo sagrado de lo divino y lo humano,
salgamos después a los mundos
a tender las ropas
y, con el aire y el sol,
aprendamos a vivir desnudos.
Regresemos a la casa que está dentro,
templo sagrado de lo divino y lo humano,
salgamos después a los mundos
a tender las ropas
y, con el aire y el sol,
aprendamos a vivir desnudos.
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