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Truenos y rayos toman el mando. La tromba blanquea todos los grises. No hay matices. Los pájaros se asustan allá arriba, y olvidan que abajo los frutos siguen madurando en los árboles.
Truenos y rayos toman el mando. La tromba blanquea todos los grises. No hay matices. Los pájaros se asustan allá arriba, y olvidan que abajo los frutos siguen madurando en los árboles.
Regresemos a la casa que está dentro, templo sagrado de lo divino y lo humano, salgamos después a los mundos a tender las ropas y, con el aire y el sol, aprendamos a vivir desnudos.
el vacío está dentro, en las entrañas, como un nido presto a acogerme en firme. dejarme en paz, en blanco, mecida por la miel de su dulzura, desvanece todo atisbo de torpeza y temor ante el hueco de la Nada. ¡ven aquí, mujer de enredadera! ¡déjate danzar por el silencio! los minutos son, [...]
Labrar surcos en la materia para abrir caminos al corazón de lo indecible. ¿Cuántas escaleras se necesitan para descender a los infiernos y salir airosa del empeño? Con mis uñas y las yemas de mis dedos construyo puentes entre el aquí y el ahora. Que todos sepan que esos agujeros son el proyecto [...]
Las horas se suceden, y los días, sin prisa, mi impaciencia dando codazos y boqueando, como si todo el aire del mundo no alcanzase para llenar mis pulmones. Paro. Miro. Toco. Siento. Y no caben la impaciencia, los codazos ni los pasos cortos y rápidos. Mis dedos se apoyan en el suelo, la [...]
Levantarme. Desayunar. Recoger un encargo. Encontrarme con un amigo. Una horchata. Unas risas. Una charla. Volver en moto. Votar. Comer. Pasar la tarde doblando ropa. Hablar con mi amor varias veces. Cenar. Ir a la cama. Todo así, tan prosaico. Todo tan extraordinario.
Dormir, doler, domar, decir, dar, diluirme, dirimir, dirigir, digerir, desligar, desligarme, desear, desear no ser este dolor que me doblega, aunque sólo duela.
…
Están secándose mis dedos y las palabras no brotan como antes. Tanta soledad sin compartir, tanto sosiego, son enemigos de la abundancia del verbo, que se esconde, esquivo, ve a saber en qué recovecos de este cuerpo mío, de tu espalda y la Vida, o de mi casa y las calles vacías. Yo [...]
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