Homenaje a Anna Ajmátova

UNA NUEVA VACUNA PARA EL ALMA

San Petersburgo luce sus colores
en la portada de madera de un libro
que estaba abandonado
en un viejo desván de mi memoria

por el lado izquierdo de la penumbra
veo salir un ángel de alas negras
y traspasar intrépido con ellas
el helado espejo de la noche en el Neva
florecen al instante obscenas amapolas
como sangre escanciada
en los labios de un niño

paso página y otro día amanece
ante un sol mortecino
y allí las yemas de las ramas tiemblan
los troncos alineados y lánguidos
ante un nuevo destino porque saben
que alguien ha vendido ya
el jardín de los cerezos
sin esperar a que florezcan

en la contraportada
la carcoma penetra hasta los huesos
llegó el tiempo de inventar

una nueva vacuna para el alma

 

(De El cantar de las amantes, Emboscall, 2006)