En medio de este clima loco que lo tiene todo medio revuelto, voy abriendo los ojos al nuevo brillo de la luz del día, notando cómo se afianza la energía de la primavera, y retomo la labor de acompañar por el mundo a mi poemario «El jardín incandescente», que presenté en Barcelona en diciembre, poco antes de Navidad.
Durante mucho tiempo, los poemas que escribía eran pura necesidad de expresar y de crear pero no de comunicar. En ellos integraba, daba forma, tomaba, entendía… sin que entrara en mis planes que los leyera nadie más.
Fueron apareciendo personas, sucediendo cosas y ahora, tras el viaje de estos años, no concibo la poesía separada del momento en el que es compartida y celebrada.
Para quienes tengáis un rato y os apetezca, os dejo el vídeo de la parte de la presentación en la que os cuento cómo he llegado hasta aquí y el origen y el sentido de este libro.
Gracias. Paula, por el vídeo completo del acto y la fotografía.
Y a todos vosotros, por vuestro afecto y vuestra acogida, siempre.
Marian Quintillá
Lúcida intervención, fluida, coherente… Me sorprende la naturalidad con la que Marian se desnuda y habla de su propia poesía desde la mera «incandescencia» de su palabra, y comunica con la franqueza de si lo hiciera en un confesionario (aun sin rejilla interpuesta). Personalmente, y lo digo en menoscabo propio y alabanza de su actitud, nunca he sido capaz de hablar de mi poesía desde la voz del yo poeta, siempre me escudo en la voz del yo lector, que me sirve de trinchera o refugio. Por eso felicito a Marian, y le digo que en ese «la mirada tocando a la mirada» suya, se encuentra una posible definición de lo que entiendo que es «poesía»: el lugar donde confluyen ambas miradas, la del poeta y la de cuanto no es el poeta (lo otro, la sociedad, el horizonte, el mundo…) y si hay suerte, en esa confluencia «algo» no previsto… acontece.
Gracias, Federico. Me dejas una y otra vez sin palabras, así que usaré las tuyas. Yo también entiendo la poesía como ese encuentro que tan certeramente describes en el que acontece «algo» no previsto si hay suerte. Me siento afortunada por tener esta pasión, por compartirla con vosotros y por tener el gusto de admiraros y disfrutaros como lo hago. Un fuerte abrazo.
Delicioso vídeo, Marian, que permite volver a vivir en directo algunos momentos. Desde que nos descubrimos mutuamente como apasionadas , y practicantes, de la Poesía me he preguntado muchas veces cuánto nos habremos perdido por esa discreción atávica de no descubrir nuestro interior. Pero ya no importa porque hoy el gozo por compartir lo acrecentamos con el asombro ante ese hallazgo tan y tan grato.
Pues sí, Lucía, así es. Y creo que lo bello es que en el presente, en el aquí y ahora, saboreamos y compartimos esa pasión además de nuestra amistad, lo cual es muy importante y especial para mí.